Cuenta con unos 300 m2 distribuidos en dos plantas y está situado en el conjunto de la iglesia parroquial del barrio.

Dicho centro de atención necesitaba una reforma de sus instalaciones para adecuarlo a la creciente demanda de servicios que vive, a la vez que una mejora de sus instalaciones y envolvente térmica para cumplir con los requerimientos actuales.

Voluntarios del grupo de cooperación local de Arquitectura Sin Fronteras en Murcia han elaborado el proyecto de reforma, encargándose también de la dirección de obra y la coordinación de seguridad y salud.

La reforma ha consistido en compartimentar el espacio diáfano de la planta superior y alguna de las salas de la planta inferior, de manera que sea posible trabajar de forma simultánea e independiente con los numerosos grupos a los que Cáritas presta atención. También se ha creado un espacio de office para los programas de asistencia alimentaria.

La accesibilidad del centro se ha mejorado con la construcción de una rampa, la reserva de espacio para un futuro ascensor y la creación de baños accesibles.

Se han adecuado también los elementos de protección frente al fuego. Se ha incrementado el aislamiento térmico mediante un trasdosado de aislante y placas de cartón yeso en los cerramientos.

Los arquitectos que han proyectado esta intervención han tenido también en cuenta el valor del edificio como patrimonio arquitectónico, obra del arquitecto valenciano Vicente Valls Abad y muestra de la arquitectura racionalista de su época. Para ello se ha respetado la configuración espacial del edificio, preservando su imagen y elementos constructivos más valiosos.

La obra ha sido financiada gracias a subvención de la empresa constructora Ferrovial.

Las labores de construcción han sido efectuadas por una empresa de economía social creada por Cáritas, en la que trabajan obreros formados en el proyecto Emplearitas de la propia Cáritas, y al que Arquitectura Sin Fronteras Murcia había apoyado previamente.