Se concibe el proyecto de mejora del acceso al agua potable para los habitantes de 4 comunidades rurales con ayuda de FADEC NORD, la contraparte local y de unos técnicos de la empresa senegalesa HICS.

Acceso a agua potable, algo tan básico y elemental que damos por sentado en nuestras casas y que puede llegar a ser determinante para sobrevivir en muchos lugares del mundo. Y no estoy hablando de agua corriente en grifos en casa, sino de una pequeña toma de agua en el centro del pueblo que puede cambiar radicalmente la vida de sus habitantes.

Esta es la realidad con la que me he encontrado al llegar a Kebemer, un pueblo en la zona norte de Senegal, donde el agua es un bien muy preciado y su búsqueda es para muchos un desafío diario: niños y mujeres que andan kilómetros diarios para rellenar sus cubos, pueblos con pozos en pésimo estado donde el agua sale de cualquier color menos transparente o bombas de agua manuales muy antiguas que requieren muchísimo esfuerzo físico bajo el sol abrasador de Senegal para conseguir que salga algo de agua “bebible”, adjetivo más acertado que “potable” para hablar de este agua.

En este contexto el proyecto se puso en marcha en el pasado mes de abril. El proyecto comprende la rehabilitación de 4 pozos, la construcción de 4 depósitos en altura, proveer de nuevas y mejores bombas de agua eléctricas y un sistema de canalización que permitirá que el agua llegue a os pueblos de la zona y a los cultivos. Además, como todo buen proyecto de cooperación, se realizarán talleres de formación y capacitación para que la gente local sea capaz de mantener y conservar las instalaciones una vez la ONG deje de trabajar allí.

Estoy aquí con una beca de la Universitat Politécnica de Valencia que concede a estudiantes que van a hacer un voluntariado con alguna ONG con la que tienen convenio y tras un pequeño proceso de selección con ASF donde se evaluaron mis aptitudes y mis intereses, aquí estoy en una estancia de 3 meses supervisando las obras de los pozos y en constante coordinación con sede.

En español, francés, la lengua local wolof o cualquier lenguaje de signos sirven para comunicar a este equipo multicultural de personas que concienciados con la problemática local y con ganas e ilusión por mejorar la vida de estas personas aportando cosas tan fundamentales como acceso agua, trabajan a diario por hacer de este mundo un lugar un poquito mejor. Y es que en el mundo hay mucha gente pequeña, en pequeños lugares, haciendo cosas pequeñas para asi cambiar el mundo.