El pasado mes de Julio, por fin arrancó el proyecto para fortalecer la seguridad alimentaria en las comunidades rurales del norte de Chinandega, Nicaragua.

El Proyecto consiste en mejorar la infraestructura de 8 escuelas. Las escuelas tienen un aserie de déficits que no están permitiendo desarrollar una educación de calidad y digna.

Uno de los principales objetivos del proyecto, es desarrollar un huerto escolar para suplir las carencias de la actual dieta escolar que consiste únicamente en frijoles, maíz y arroz.
Con el huerto se podrá añadir proteína al menú, además de capacitar al alumnado de técnicas para el cultivo de alimentos.

Debido a que la mayoría de los centros no cuentan con agua suficiente para regar estos huertos, se hace necesario la construcción de sistemas de captación de agua de lluvia que les permita a los centros el acceso a ésta.

Ante la situación actual de la pandemia y con la nueva incorporación de medidas preventivas contra el Covid -19, el formato de las actividades de este proyecto, ha tenido que cambiar.
Algunas consecuencias son la reducción de la cantidad de personas por actividad e incluso la anulación de alguna de estas.

En el caso de las cisternas de cosecha de agua, se ha tenido que cambiar el plan de actuación, de tal modo que las únicas personas participantes de esta actividad, han sido los propios operarios encargados de la construcción de las cisternas.

Aún así, se capacitó a 10 muchachos de las comunidades cercanas, para que aprendieran este método artesanal y económico de construcción de un tanque para la recogida de agua.

En Nicaragua, una de las principales actividades económicas es la agricultura.

Debido al cambio climático y la falta de capacitaciones y formaciones, esta actividad ha perdido fuerza y muchos cultivos no están siendo todo lo productivos que podrían y necesitan ser.
El agua es un elemento imprescindible y la falta de lluvias, ha atacado mucho este sector.
La capacitación para construir tanques de cosecha de agua, permite a las personas que en sus propias casas puedan construir sus propios sistemas de riego.

El tanque que se plantea en este proyecto, denominado "tanque zamorano", es un tanque artesanal, cuyos materiales son muy económicos. Consiste en un cilindro de 3 metros de diámetros y 1 metro de altura. Está cerrado con un tapa sellada y al tanque llega una canalización que recoge el agua de la lluvia de los tejados.

La contraparte local (ADENOCH) hizo esta investigación, previa al actual proyecto para la capacitación de jóvenes productores agrícolas. Debido a su éxito en el proyecto de "Sanseco" de Heyfer International, se decidió utilizar este tipo de tanques para el proyecto de las escuelas.